Washington. EFE. El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, que dimitió hoy en medio de un escándalo sexual, es un economista y político brillante que se convirtió en artífice de su propia perdición. Al igual que los héroes trágicos de las obras de Shakespeare, Strauss-Kahn se ha desplomado de la gracia en un inaudito cambio de fortuna fruto de un “fallo fatal” en su personalidad.
El destacado socialista francés que según las encuestas tenía todo a su favor para ser el próximo presidente de su país, afronta ahora la posibilidad de pasar años entre rejas a raíz del presunto intento de violación de una camarera de hotel en Nueva York.
Nacido el 25 de abril de 1949 en el barrio parisino de Neuilly-sur-Seine en el seno de una familia judía acomodada y progresista, el ex ministro de Finanzas galo había disfrutado hasta ahora de una vida de bienestar. Su padre, Gilbert Strauss-Kahn, era un asesor legal y fiscal y su madre, Jacqueline Fellus, una periodista de origen ruso-tunecino. Sus primeros años transcurrieron en Marruecos hasta que el terremoto de 1960 llevó a su familia a regresar a París, donde el joven Strauss-Kahn, a quien se le conoce por sus iniciales de DSK, cursó estudios de Derecho y Economía.
Doctor en Economía por la Universidad de París, optó en un primer momento por la vida académica que compaginó y alternó con su carrera política. Fue precisamente durante su etapa como profesor universitario cuando empezó a labrarse la fama de “Gran Seductor”, como lo bautizó el semanario francés “Le Journal du Dimanche". “Tenía un verdadero poder de atracción”, afirmaba en declaraciones al diario “The New York Times” uno de sus ex-estudiantes, quien señaló que “había siempre hordas de chicas esperando para hablar con él al final de sus clases".
Esa capacidad para seducir a las mujeres se convirtió en su talón de Aquiles, según Philippe Martinat, autor del libro “DSK-Sarkozy- el Duelo”, quien asegura que su debilidad en ese terreno era de sobra conocida. Casado en terceras nupcias con la periodista de televisión francesa nacida en EEUU Anne Sinclair y padre de cuatro hijas, mantuvo una relación extramatrimonial con una subordinada en el 2008, la economista de origen húngaro Piroska Nagy.
Una investigación concluyó que Strauss-Kahn no abusó de su posición en el FMI y que la relación había sido de mutuo acuerdo. El pidió disculpas públicamente por lo ocurrido. Su mujer, a su vez, se mostró comprensiva- “Estas cosas pasan en la vida de cualquier pareja”, dijo entonces Sinclair. El presunto abuso sexual que ha precipitado su dimisión ha hecho que salgan a la luz otros trapos sucios del pasado. La periodista y escritora francesa de 31 años Tristane Banon ha dicho públicamente que Strauss-Kahn intentó violarla en el 2002 y ha adelantado que lo demandará.
Esas graves acusaciones no encajan con la imagen de político sagaz, economista brillante y carismático.